jueves, 5 de julio de 2012

La revolución de Burgges Shale.

En 1909 en la Columbia Británica de Canadá un experto geólogo llamado Walcott dio con uno de los afloramientos fósiles más antiguos conocidos, de hace unos 530 millones de años, y de los más interesantes científicamente, jamás descubiertos. A dicho afloramiento le llamó Burgess Shale, debido a una localidad cercana. Durante varias campañas recopiló gran cantidad de fósiles y los clasificó dentro de la clase de los trilobites, que eran los organismos más comunes dentro del grupo de los artrópodos del periodo cámbrico en la base del Paleozoico. Eran organismos de dimensiones que iban de medio centímetro a medio metro. Y fueron abandonados en los cajones del museo de Columbia en los EEUU. Ya que se clasificaron por el método del calzador, es decir como eran muy antiguos no podían ser organismos muy complejos y había que introducirlos en los grupos ya conocidos. Posteriormente varios científicos entre ellos Whittington y Conway Morris, recuperaron dichos fósiles y con las técnicas y conocimientos más actuales y sobretodo sin ideas preconcebidas empezaron su estudio y su clasificación. Ya en la década de los 80 a finales del siglo XX. Estos científicos los reinterpretaron y se dieron cuenta que no eran organismos primitivos como en principio se había creído; sino que eran seres muy especializados, y muy bien adaptados al medio acuático al que pertenecieron, formando 17 filums nuevos. ¿Cómo podía ser, que en tan poco tiempo hubiesen aparecido tantos filums y porque estando tan especializados gran parte de ellos se extinguieron? Todas estás preguntas poco apoco desembocaron en una revolución de ideas dentro del concepto de la evolución gradualista darwiniana. Aparecieron como explica en su libro Stephen Jay Gold en “La vida maravillosa”, otro gran libro suyo que os recomiendo. Conceptos nuevos como la contingencia y el azar. Ideas que desarrollaré lo más breve y claramente que me sea posible. La contingencia indica que se producen una serie de procesos que hacen que unos organismos sobrevivan en unas condiciones determinadas independientemente de que estén muy adaptados al medio o no. El azar hace que organismos aunque estén muy bien adaptados al medio, al igual que los que sobrevivieron, desaparezcan sin que sepamos el motivo por el cual se extinguieron. Si la historia fuese como una película y ésta se pudiese rebobinar hacia a tras y desde un determinado punto en el pasado, y se volviese a poner en play la historia podría ser totalmente diferente. Es una idea que nos asusta y puede incluso uno negarla fácilmente. Pensando como es posible que el ser humano sea resultado de la contingencia evolutiva. Es una idea aterradora para nosotros. A mi verdaderamente me hace sobretodo reflexionar, que la responsabilidad que cae sobre nuestros hombros sea enorme. Ya que poseemos grandes capacidades que nos llevan a ser los abanderados de la vida y de su expansión por el universo. No destruyamos más y aseguremos que el fenómeno de la vida se extienda y perdure. Texto: Justo Tarancón //Fotos: Raquel y Justo (gaviota en la plataforma del "Moll de la Fusta", Puerto de Barcelona)